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Los cirujanos ortopédicos se centran en diagnosticar, tratar, rehabilitar y prevenir afecciones que afectan al sistema musculoesquelético, que engloba huesos, articulaciones, ligamentos, músculos, tendones y nervios. Suelen tratar problemas como la artritis, fracturas óseas, lesiones musculares y tendinosas y enfermedades degenerativas como la osteoporosis.
Las cirugías ortopédicas se presentan en diversas formas, cada una de ellas adaptada a problemas de salud específicos. Entre los procedimientos habituales se incluyen la artroscopia (que utiliza cámaras y herramientas especializadas para ver, diagnosticar y tratar problemas articulares), las prótesis articulares (como las de cadera, rodilla u hombro), las reparaciones de fracturas y las cirugías para corregir problemas y deformidades de la columna vertebral.
El tiempo de recuperación de la cirugía ortopédica varía considerablemente en función de factores como el tipo de intervención, el estado general de salud del paciente, la complejidad del procedimiento y la parte del cuerpo afectada. Las cirugías menores, como las reparaciones artroscópicas, pueden requerir unas pocas semanas, mientras que los procedimientos mayores, como los reemplazos articulares, pueden tardar varios meses en recuperarse por completo. Su cirujano ortopédico le proporcionará un calendario de recuperación detallado y adaptado a su situación específica.
La preparación para la cirugía ortopédica implica varios pasos para garantizar unos resultados óptimos. Suelen incluir evaluaciones prequirúrgicas, como análisis de sangre, pruebas de imagen y otros diagnósticos para evaluar su estado de salud y planificar la intervención. Es posible que los pacientes deban ajustar su medicación, evitar ciertos alimentos o bebidas y disponer asistencia durante la recuperación. Seguir todas las instrucciones del equipo médico es crucial para minimizar los riesgos y mejorar el proceso de curación.
El tratamiento del dolor es un campo médico dedicado a aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida mediante un enfoque integral. Incluye el uso de medicamentos, fisioterapia, procedimientos intervencionistas y, en ocasiones, asesoramiento psicológico. Aborda diversos tipos de dolor, como el dolor agudo, el dolor crónico, el dolor causado por lesiones, el dolor relacionado con el cáncer y el dolor asociado a otras afecciones médicas.
Los especialistas en tratamiento del dolor suelen tener formación en anestesiología, neurología, fisiatría (medicina física y rehabilitación) o psiquiatría. Estos médicos reciben formación adicional en medicina del dolor para diagnosticar, tratar y controlar el dolor de forma eficaz e integral
El tratamiento del dolor ofrece una variedad de tratamientos basados en la causa, la naturaleza y la gravedad del dolor.
Las opciones más comunes son
Considere la posibilidad de consultar a un especialista en tratamiento del dolor si tiene un dolor persistente o intenso que no mejora con los tratamientos de atención primaria, o si el dolor afecta a su calidad de vida. El dolor crónico que dura más de tres a seis meses, o el dolor asociado a afecciones como el cáncer, también justifican una visita a un especialista.
En su primera cita, el médico especialista en tratamiento del dolor le hará una evaluación médica exhaustiva, que incluirá una historia clínica detallada y una exploración física. Le preguntará sobre la naturaleza, gravedad y duración de su dolor y sobre los factores que lo afectan. El médico también puede revisar su historial médico y sus estudios de imagen previos. Esta información ayuda a crear un plan personalizado de tratamiento del dolor dirigido a tratar el dolor y abordar los problemas subyacentes.
La neurología es una especialidad médica centrada en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos del sistema nervioso, que abarca el cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos. Los neurólogos son médicos especializados en afecciones como la epilepsia, los accidentes cerebrovasculares, la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson y las migrañas.
Los neurólogos tratan una amplia gama de afecciones neurológicas, entre las que se incluyen:
Debería plantearse consultar a un neurólogo si experimenta síntomas como dolores de cabeza inexplicables, dolor crónico, mareos, entumecimiento u hormigueo, debilidad muscular, cambios en la sensibilidad, problemas de coordinación o si ha sufrido una crisis epiléptica. También es aconsejable consultar a un neurólogo si le han diagnosticado una enfermedad que afecta al sistema nervioso o si su médico de atención primaria se lo recomienda.
Los neurólogos utilizan diversas pruebas diagnósticas para identificar los trastornos neurológicos, entre las que se incluyen:
Los neurólogos ofrecen una variedad de tratamientos basados en la afección neurológica específica. Estos pueden incluir:
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